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Los productos de inteligencia artificial generativa (GenAI) ofrecen nuevas y emocionantes funciones para hacer que las personas, las industrias y las empresas sean más eficientes y automatizadas. Sin embargo, la tecnología también ha generado preocupaciones sobre la infracción de derechos de autor, la propiedad intelectual, el plagio y el uso delictivo. Dentro de las empresas, existen riesgos adicionales, como filtraciones de datos, problemas de privacidad, código inseguro y delitos cibernéticos.
Desde que el término "inteligencia artificial" (IA) fue introducido en 1956 como un nuevo campo de la informática, su aplicación ha sido en gran medida teórica y limitada. Los investigadores carecían de acceso regular a los recursos computacionales necesarios para procesar grandes volúmenes de datos y ejecutar algoritmos de IA.
Un hito importante ocurrió en 1997, cuando la supercomputadora Deep Blue de IBM, entrenada con modelos de IA basados en movimientos de ajedrez, derrotó al campeón mundial Garry Kasparov. Veinticinco años después, con la introducción del Chatbot Generative Pre-trained Transformer (ChatGPT) en 2022, la IA se ha vuelto parte de la vida cotidiana. En solo dos meses, ChatGPT alcanzó 100 millones de usuarios, convirtiéndose en la aplicación informática de más rápido crecimiento en la historia.
Expertos en tecnología, científicos informáticos y analistas consideran que los productos de GenAI son revolucionarios con múltiples aplicaciones:
A pesar de sus beneficios, la GenAI también presenta riesgos significativos:
A nivel mundial, expertos advierten sobre la propagación de desinformación y la automatización de empleos. La Unión Europea ha aprobado la Ley de IA para regular estos riesgos.
Las empresas deben implementar medidas de ciberseguridad, monitoreo y normativas claras para reducir los riesgos.
Para más información, lee: Cómo la IA Generativa está Transformando la Seguridad.
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